Silvia MarÃa Gómez
HematologÃa portfolio
Leucemia mieloide crónica y linfoide crónica
Leucemia mieloide crónica
La leucemia mieloide crónica (CML, por sus siglas en inglés), también conocida como leucemia mielógena crónica, es un tipo de cáncer que se inicia en las células hematopoyéticas de la médula ósea y que invade la sangre. En la CML, con el tiempo las células leucémicas tienden a acumularse en el cuerpo, pero muchas personas que padecen esta enfermedad no presentan sÃntomas durante al menos algunos años. Durante este tiempo, las células también invaden otras partes del cuerpo, incluso el bazo. La CML también puede transformarse en una leucemia aguda de crecimiento rápido que invade casi todos los órganos del cuerpo.
en la leucemia crónica, las células pueden madurar parcialmente, pero no por completo. Estas células realmente no son normales
Lecucemia lincoficitica crónica
La leucemia linfocÃtica crónica (chronic lymphocytic leukemia, CLL) es un tipo de cáncer que se inicia en los glóbulos blancos (llamados linfocitos) en la médula ósea. A partir de ahÃ, invade la sangre. Con el tiempo las células leucémicas tienden a acumularse, y muchas personas que padecen esta enfermedad no presentan sÃntomas durante al menos algunos años. Al transcurso del tiempo también puede invadir otras partes del cuerpo, inclusive los ganglios linfáticos, el hÃgado y el bazo. En comparación con otros tipos de leucemia, la CLL por lo general se desarrolla lentamente.
Leucemia de células pilosas
La leucemia de células pilosas es cáncer de la sangre y la médula ósea. Este tipo de leucemia tiende a empeorar de manera lenta o no empeora en absoluto. La enfermedad se denomina leucemia de células pilosas porque las células leucémicas parecen tener "vellos" cuando se examinan con elmicroscopio.
En la leucemia de células pilosas, hay demasiadas células madre sanguÃneas que se convierten en linfocitos. Estos linfocitos son anormales y no se convierten en glóbulos blancos sanos. También se llaman células leucémicas. Las células leucémicas se pueden acumular en la sangre y la médula ósea de modo que hay menos espacio para los glóbulos blancos, los glóbulos rojos y las plaquetas sanas. Esto puede provocar infección, anemia y sangrado fácil. Algunas de las células leucémicas se pueden acumular en el bazo y hacer que se inflame.